Con el objetivo de unificar nuestro equipo y crecer juntos espiritualmente, vivimos una emocionante jornada pastoral de funcionarios liderada por la Hna. Nancy Arévalo, en compañía del encargado de pastoral, Luis Aliaga, donde fuimos invitados a reflexionar sobre nuestra misión en el colegio, siguiendo el carisma de las Hermanas de la Providencia y su legado de 170 años.
En esta actividad, pudimos analizar el tipo de institución que queremos ser, es decir, un espacio donde los valores providencia sean un reflejo en nuestro compromiso de educar a las estudiantes. Al mismo tiempo, ser conscientes de lo importante que es tener la disposición de generar un lugar de trabajo donde prime la paz y la tranquilidad, ya que lo que somos como equipo se verá reflejado en nuestra convivencia escolar.
Camila Véliz, profesora de religión que se incorporó este año, expresó ante la experiencia de la jornada que “todo lo que voy viviendo en el colegio lo hago desde el asombro. Me he dejado conducir y sorprender por el sello Providencia y ha sido realmente acogedor, cada jornada, actividad y momento de fraternidad me ha mostrado el carisma tan especial que dejaron como legado nuestras fundadoras. Sin duda me voy dando cuenta de todas las obras que la providencia de Dios ha hecho en mi vida solo para traerme precisamente a este momento y lugar, desempeñando desde el amor y la vocación la pedagogía”
De igual manera, Magaly Ossandón, contadora de nuestro colegio desde hace más de 20 años, destacó que “siempre es importante poder recordar que somos el resultado de un gran sueño que comenzó con las Hermanas de la Providencia hace 170 años, por lo que seguir manteniendo su carisma en nuestra comunidad y, especialmente, en nuestros corazones es una responsabilidad que debemos llevar con orgullo”
Como actividad de cierre, cada funcionario recibió el nombre al azar de un compañero que lo acompañará como su “angelito”, esto para ir construyendo una comunidad más cercana y consciente de quién está a su lado. De esta forma, nos comprometemos con la unión que buscaba Madre Bernarda en la sociedad y las obras.
La jornada contó además con actividades lúdicas que pusieron a prueba el trabajo en equipo, ingenio y habilidades de los funcionarios que pasaron un momento muy divertido intentando obtener los primeros lugares.
